Tanto Alvar Aalto como Frank Lloyd Wright son dos de los
máximos representantes de la “arquitectura orgánica”. Esta corriente de la
arquitectura promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural.
Deriva del funcionalismo y el racionalismo: acepta la planta libre y el
predominio de lo útil sobre lo meramente ornamental. Se le da más importancia
al hombre, a quien debe servir la arquitectura.
Existe una nueva conciencia de los espacios internos; los
volúmenes están dominados por un estilo cubista y se busca una simplificación
constructiva y estructural.
La arquitectura orgánica debe ser sostenible, por ello
Aalto, en su casa experimental utiliza uns sistema de calefacción solar pasivo:
cada ala de la casa mira hacia el sur y hacia el oeste, para aprovechar la
mayor parte de las horas de sol que existen en Finlandia.
Además la presencia de la naturaleza se hace ver en esta
vivienda: por los muros corren las hiedras y las vistas están direccionadas
hacia el lago Päijäne. La casa está rodeada por los árboles del bosque
finlandés y ésta se funde entre ellos. Aalto utiliza los materiales tanto en su
manera natural como los elaborados por la técnica industrial.
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