En la vivienda construida por Aalto hay una clara separación
entre el pabellón de invitados y la vivienda propiamente dicha. A su vez está
distribuida en dos zonas, día y noche, alojadas entorno al patio central que
evoca al atrio romano, el cual al no ser estrictamente un atrio sino estar
abierto, permite que la vivienda se caliente por el día y además distribuye la
luz a través de las ventanas.
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